07 agosto 2007

ONG: para cambiar las cosas hay que saber analizar y comunicar


Filosofar es un infinitivo que no tiene demasiada buena prensa, porque a menudo la reflexión se percibe estéril. La cooperación para el desarrollo no es ajena a esta tendencia, y sin embargo, necesita mucha más preparación filosófica
En esta sociedad epidérmica hay más oportunidades en los eslóganes, la síntesis y la repetición. Escasean los pensódromos. Cuando hay poca filosofía muchos debates pasan de puntillas, la política se achica y se agranda el marketing. Con poco contenido se puede crear mucho estilo. Por eso, seguramente, existen más marcas que ideas, y más estrategias que principios.
Las organizaciones no gubernamentales también necesitan más filosofía. Porque para cambiar las cosas hay que saber analizarlas. El campo de trabajo de las ONG se asienta en algo tan complejo como las relaciones internacionales, la política y la economía. Para ser lobby, para crear pensamiento y no sólo sensibilidad, es necesario investigar y reflexionar, para después desarrollar campañas novedosas, con una solvencia comunicativa en el fondo y en la forma. La visibilidad no es un fin en sí mismo, el reto reside en cómo gestionarla, y para ello es fundamental renovar la forma de hacer comunicación, dotándose de un mensaje mejor armado, con más fuerza argumental. Sería deseable que las ONG transitasen más por este camino:
  • Reclamando voluntad política para erradicar la pobreza, una anomalía intolerable desde un punto de vista humano y democrático.
  • Recordando que la lucha contra la pobreza está ligada a los derechos humanos.
  • Mejorando sus propias portavocías. Reclamando con más convicción que la política gobierne a la economía, y que la economía sirva mejor a las personas.
  • Defendiendo un Nuevo Orden Comercial, los Objetivos del Milenio y las reformas institucionales precisas para hacerlos posibles.
  • Asumiendo la extensión de las oportunidades, como forma de profundización democrática.
  • Apelando a la ética del bien común. Promoviendo cultura.
  • Analizando la indiferencia y la placidez consumista.
  • Criticando el nivel de gasto militar y el comercio estratosférico de armas.
  • Denunciando las tomaduras de pelo oficiales en forma de promesas que no se cumplen; de medidas paliativas por un lado y enfermizas por otro.

    Todo un reto, nada sencillo, que no puede esperar.
Más información:
Publicidad de la Coordinadora de ONGD de hace unos años. El eslogan decía: “Seamos realistas” y en el cuerpo de texto se preguntaba:

¿Por qué no reconocemos que muchos de los problemas de ese Sur tienen su origen en el ritmo de vida que llevamos en el norte?"


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