02 marzo 2010

¿Ayuda "generosa"? Redefinir la lucha contra la pobreza

"Generoso, hasta en crisis" (ABC, 28-1-09). Sobre Zapatero, tras anunciarse que España dedicaría 1.000 millones de euros para paliar el hambre.

Si atendemos a George Lakoff (en la foto, de youtube) en sus libros "No pienses en un elefante" o "Puntos de reflexión", podemos deducir que será difícil realizar grandes avances en la conciencia social limitándose a señalar los incumplimientos en materia de desarrollo y exponiendo la realidad de la pobreza. Es preciso renovar los discursos de la cooperación

Lakoff llama a cambiar los marcos conceptuales. El de la cooperación se encuadra en la ayuda, no en la vulneración injusta de derechos. Ya se sabe que quien pide ayuda insistentemente acaba siendo considerado un pedigüeño, o un acomodado al subsidio, incapaz o falto de voluntad por salir de un agujero. Quien la otorga , se distingue como generoso, porque no tiene obligación de darla, y por eso, hasta se puede desdecir, según las circunstancias. Así, hasta las más terribles desigualdades acaban por teñirse de un aire más o menos consciente de cierta normalidad inevitable. Cuando se considera que la desigualdad extrema es irresoluble, cada incumplimiento de los acuerdos en esta materia viene a ratificar el prejuicio anterior, más que a cuestionar las políticas económicas y comerciales. La cooperación se queda de nuevo enmarcada en el paradigma voluntarista de las buenas intenciones, alejadas de una realidad escasamente transformable. Cuando justamente se reclaman políticas que obliguen, y no sucumban así frente a otros intereses.

Viene al caso esta reflexión revisando una antigua noticia publicada en El Mundo (23-10-02), donde título y subtítulo tenían enfoques dispares. El titular, la idea fuerza de la noticia, era:

"Intermón pide a Aznar 250 millones de euros para ayuda al desarrollo"

En cambio el subtítulo apuntaba otras connotaciones, tal vez complementarias, pero claves:

"La ONG denuncia el incumplimiento del Gobierno de sus compromisos internacionales en los futuros presupuestos de 2003".

El cuerpo de la noticia recogía la denuncia de Intermón Oxfam en la calidad de la ayuda:

"De hecho, sólo el 0,02% del PNB se ha destinado a los considerados como países menos adelantados y únicamente 8,3 de cada 100 euros se invierten en servicios sociales básicos, como la educación, la sanidad o el acceso al agua potable".

Intermón Oxfam es una ONG que en su día denunció el fracaso de las economías tuteladas desde el FMI y el Banco Mundial, que condicionaron la ayuda a la adopción de los conocidos Planes de Ajuste, palabra ésta última nada neutra, por cierto, que remite a la corrección y el equilibrio en las dimensiones.

Saber más: Simbología y lenguaje contra la pobreza

  • La lucha contra la pobreza, problema de carácter político, a veces se representa con un corazón. La cabeza parece más representativa en la lucha por la riqueza. ¿Casa sólo con la sensibilidad la defensa de los derechos humanos o la justicia social? Si en vez de Ayuda Oficial al Desarrollo se hablase de Fondos de Cohesión, o de Fondos de Seguridad Humana ¿cambiaría algún paradigma?
    Hay que revisar el lenguaje. La dignidad humana exige disponer de oportunidades, para empezar, de supervivencia. El mundo consagra de facto la desigualdad más absoluta en las necesidades más básicas. La solidaridad no sólo es alivio o ideal , sino exigencia articulada para una transformación internacional. Pero hay que dar un paso más: si la opinión pública percibe que el cambio es necesario, pero no posible, la imagen de la cooperación se ancla en el mejor voluntarismo, pero voluntarismo al fin y al cabo.

  • El periodista Manuel Mediavilla manifestó (boletín Punto de Encuentro nº 42, editado en 2001 por la Coordinadora Española de ONGD), que a estas organizaciones se les contempla desde los medios de comunicación como "los portavoces de desgracias".

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