“Hemos dejado la idea de España a los españolistas”, escribió
Suso de Toro apuntando a la existencia de otra España. Me he acordado de su cita
al preguntarme si buena parte de los creyentes no practicantes hemos cedido la
idea de Cristo por desafección a una geronto
jerarquía que cierra la puerta a un nuevo relato social. Algo grave ocurre cuando
el solo hecho de escribir un artículo sobre Jesús de Nazaret o entrar en una
iglesia presupone un pensamiento social no muy discordante con el conservador. Ciertamente,
el ejercicio de paciencia de un cristiano de izquierdas, independentista o con
una concepción plurinacional que sintoniza la radio o la televisión episcopal,
se asemeja al de Job. La marcadísima posición editorial de ambos medios alimenta
el lento pero inexorable declive del prestigio e influencia del episcopado
español.
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