10 agosto 2015

Javier Pagola, periodista: "Hay que reconocer que la derecha es hábil en el trucar el lenguaje".

Palabras de este comunicador navarro en la presentación de La chistera azul. "Este libro, fruto de mucha atención a la realidad, de escritura reflexiva y de diversa y curiosa lectura, es muestra clara de que `por la boca muere el pez´", afirmó

Desde  que comenzó,  hace algo más de 30 años, este largo ciclo de hegemonía conservadora, nos envuelve el lenguaje del management, literalmente el “lenguaje del manejo”; es decir, ese lenguaje de gestión, organización y control que usan las empresas, los financieros, y los grupos políticos que dominan la escena mundial.

Nuestro colega, Josep Ramoneda, brillante analista político, dice que "romper el control del lenguaje forma parte de la lucha por la dignidad. Porque, la disputa por la hegemonía social es una luchja por el control del lenguaje. Quien consigue determinar el sentido que la ciudadanía da a las palabras, se asegura el dominio de la sociedad". Y como resumió Witgenstein, "el significado de una palabra está (precisamente) en el último uso que se hace de ella".

Hay que reconocer que la derecha es hábil en el trucar el el lenguaje.

Las palabras que forman una frase pueden violentarse y retorcerse como hacen los prestidigitadores y los ilusionistas (...) 

El útil y divertido ejercicio que ha hecho Jesús Barcos desvela el lenguaje de las derechas en plural. La derecha ultra, esa que dejó de votar a Rajoy en mayo porque dice que le ha engañado, que no ha cumplido lo que prometió, que es un blando o más sencillamente que no tiene huevos: a ella le van muy bien esas palabras, extremas también: fuerza, orden, patria, unidad, claridad, valentía. A otra derecha, la que está en el poder y en las direcciones de empresas, le seducen palabras como moderación, realismo, normalidad, honorabilidad, flexibilidad.  A esa  mayoría  de votantes vergonzantes de derecha que tiene un buen vivir e incluso reside en barrios populares le van más palabras como austeridad o paz.  Pero hay otra derechas intelectuales, mediáticas o eclesiásticas, que suelen hablar de libertad, indisolubilidad, generosidad, racionalización, servicio, gratitud y hasta de amor. Y hay todavía una derecha “de extremo centro” amiga de palabras como  reformismo, modernización o libertad.


En la imagen de archivo, Javier Pagola en 1993.

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