“Una de las características de la derecha frente a la
izquierda es su gran capacidad de adaptación. Yo creo que esa es precisamente
una de las claves de su éxito” afirmó en una entrevista en 2009 el filósofo
Daniel Innerarity. Seis años más tarde, podemos consignar que una parte de la
izquierda ha aprendido por fin la lección. La novedad, de enorme calado, apuntaló
su dimensión histórica el 20-D. Se ha iniciado un nuevo ciclo, en el que la izquierda
emergente ha interiorizado un cambio profundo de estrategia para contrarrestar
el auge liberal conservador. Recordemos: en el epílogo de Zapatero, la derecha
puso en marcha una fábrica de mensajes regresivos. La crisis no solo era un
cambio de coyuntura, sino de época, para el que había que mentalizarse. A
partir de 2014, Podemos supo leer el desafío, identificar los marcos de la
involución, y reprocesarlos en un relato alternativo pero sobre todo movilizador,
que ha obtenido un apoyo antaño inimaginable especialmente en comunidades pluriidentitarias.
Como político, Innerarity lo acaba de comprobar en los últimos comicios.
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