Susana Díaz. Relato rematado del recuerdo del 86 y 2006, cual nostalgia de adolescencia y juventud. Pero es otro tiempo, otros rivales, otra sociedad. Incluso como pretendido revival, el estilo, la estrategia y los errores de Díaz generan dudas.
Pedro Sánchez. El primer y gran acierto de Sánchez recién defenestrado fue conceder esa entrevista a Jordi Évole en la soledad de un bar. Prometió resiliencia, pero quedaba por ver si resistiría. Y vaya que ha resistido. Hasta el desgaste físico de este último año refuerza el eje indómito de su campaña.
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