28 mayo 2018

Y de repente, ¡pum!

Análisis en Diario de Noticias y Noticias de Gipuzkoa (27-5-18)

La política, al igual que el ciclismo, está hecha de resistencia y cambios de ritmo. Los aficionados a este deporte recordarán perfectamente el símil de José Antonio González Linares, antiguo director del equipo Teka, que decía que es importante atacar cuando “la fruta está madura”. La metáfora viene al pelo tras la sentencia del caso Gürtel. Rajoy y el Partido Popular ahora están maduros. Y la sola constatación ha cambiado en unas horas la situación de carrera.

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Saber más: Análisis anterior en Diario de Noticias, Aires berlineses en el Parlament. (12-5-18)

07 mayo 2018

Se acabó

Llevábamos décadas esperando el final de ETA. Lo acariciamos en marzo de 2006, pero el atentado de la T4 y los siguientes se llevaron por delante esos esbozos de alegría. Doce años después ETA se acabó, ya, por fin. Un final al que se le pueden poner muchos peros, previsto además desde 2011, pero final al fin y al cabo. 


Empieza una nueva etapa, sobre la necesidad de desarrollar una conciencia ética común por la no violencia. El paso del tiempo pasó factura sobre ETA y el paso de más tiempo acentuará la conciencia de su injustificable y salvaje trayectoria. Las siglas de ETA irán asociadas irremisiblemente a las consecuencias de sus acciones: escenas de sangre, luto y dolor que quedan para la historia. Comienza un nuevo tiempo que debe basarse en la conciencia sobre los derechos humanos, empezando por el de la vida. No en conveniencias utilitarias supeditadas a construcciones nacionales.  Ni vascas ni tampoco españolas, por cierto. Un tiempo que deberá manifestar en la máxima empatía por las víctimas. Todas, las más mediáticas y las más desconocidas. Siempre falta empatía con cualquier colectivo que sufre lo que los demás no padecen. En el caso de los familiares de los asesinados, la ausencia permanente, irreversible, el vacío, ese hueco imposible de rellenar.

01 mayo 2018

Rivera

Hace dos y tres años, los paralelismos entre Albert Rivera y Adolfo Suárez, aunque muy forzados, eran habituales. Hoy moverían más a la sonrisa, o a la risa. Y es que lo que se vislumbra es más una suerte de Aznaridad sin Aznar. Rivera se derechiza al compás de su subida en las encuestas. Cuando le anuncien bajada, tratará de volver a vender centro, pero ya le resultará más difícil.

En Rivera, ideologías aparte, siempre hay un rasgo de incontinencia verbal como de recién llegado, que en un momento o en otro le resta aspecto de presidenciable. Bien por veleta, bien por extremista.

Alguien que categoriza a profesores como "maestros separatistas", alguien que habla "del golpista Puigdemont" no es de centro, y al contrario de lo que promete, su proyecto garantiza división. Para Rivera (2017) la 'España plurinanional' es "hacer el juego a los separatistas".


Rivera no es ningún muñidor de unión, pero sabe que ese marco le resulta muy rentable para ganar votos. 'Unionismo' que cercena su propia pluralidad. Imposible que una. Eso sí, Ciudadanos sabe, por mucho que se desplace a la derecha, que la carta final de pactar un Gobierno con el PSOE ni ha desaparecido ni desaparecerá. Y que Sánchez tendrá difícil decir no.